Uno de los piropos más bonitos que se le puede decir a una idea es: ¡pero qué sexy eres! ¿No te parece? El adjetivo se lo escuché el viernes pasado a Urs Frick, creativo y fundador de The Zapping Village, y me encantó.
Otro de los piropos más bonitos que se le pueden atribuir a cualquier idea nueva es el de la atracción: ¡eres irresisistible! Las historias, las buenas historias, funcionan por una dinámica de atracción (-pull). Las vemos, y sentimos su llamada como la del chocolate en la despensa, invitándonos a comenzar un viaje irresitible al país de sus maravillas. La creatividad vive una dinámica completamente opuesta a la de la competición, donde es la presión (-push), la que busca imponerse y dominar.
A algunas personas les gusta la presión. Dicen que trabajan mejor así, como si su mejor yo saliera a flote cuando la presión externa de una entrega o un deadline se posara sobre el nido de su ordenador: las marcas son empresas, que son personas, que quieren sacar un trabajo adelante. (A ser posible, muy bien).
¿Necesitarán también las ideas sentirse bajo presión para salir a flote? En plan: ey, marchando dos buenas ideas que la marca de la cuatro tiene prisa. De hecho, muchas agencias y compañías trabajan así.
Algunas voces nuevas mantienen que la "clase creativa" se mueve por un tipo de aspiraciones, entre las que se encuentra la capacidad para organizarse y crear estructuras más flexibles, que trabajan con fórmulas alternativas.
Yo, que soy más bien un parrer clasificado, hace poco he descubierto dos cosas:
1) Que la presión externa puede ser fatal. ¿A ti también te pasa? Yo la presión la suelo llevar dentro, de manera que si encima me la ponen por fuera, me siento igual que un sandwich mixto en una tostadora.
2) Hay una fuerza creativa que no se encuentra en estudios de mercado, ni en estudios de tendencias. Ni tampoco en fantásticos planes de márketing. Esa fuerza creativa tiene que ver con la mirada, el espacio, ¡d-espacio!, el tiempo y el deseo de construir algo que dé sentido a la existencia de las personas. A la tuya. A la mía. Porque si las marcas son personas, ¿detrás de ellas habrá una buena historia, no?
Ahora que ha nacido natui, sé que hay un tipo de innovación que surge del cariño.
Imagen: Cuando el mar encontró a Selfridges
Estoy de acuerdo con tu post. Es cierto que bajo presión salen cosas rápidamente. Pero creo que la razón es que cuando hay presión te haces menos preguntas, pasas menos filtros. El resultado no tiene por qué ser necesariamente malo, pero puede serlo.
ResponderEliminarMuchas buenas ideas son un aquí te pillo aquí te mato, pero en general hace falta un proceso de sedimentación para que cada cosa ocupe el lugar que le corresponde según su peso.
Hola Marco, sí... ¿será por eso que me gustó leer esto en tu perfil? "El mundo es muy complicado: necesitamos filosofía para entenderlo. La filosofía es muy complicada: necesitamos marketing para hacerla entender". Muchas gracias por tu comentario, ¡un placer tenerte por aquí!
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