miércoles, 7 de marzo de 2012

La poesía de lo invisible



Busco a un tipo llamado Spam. Se ha adueñado de dos blogs de wordpress en los que escribo y desde hace un par de meses se desliza como una culebrilla por la cadena de comentarios pendientes de moderación.

En el territorio virgen donde hasta ahora mis visitantes y yo nos leíamos y esperábamos, Spam se viste de seda y juega a confundirme.


LO QUE EL SPAM ME ENSEÑÓ SOBRE LA POESÍA DE LO INVISIBLE 

"Tu web es muy provechoso. Gracias por mostrar tus ideas. Son bien únicas" "Me tope tu web en google y tengo que decir que me cautiva. Sigue elaborando un buen trabajo" "Gracias por el buen ahinco y por comunicar algo novedozo a la Internet!" (Lo del buen ahinco me hizo gracia. Lo de "novedozo" me preocupó: ¿Google translator zezea?)

Un momento, que hay más:




"Mi abuela me hablo de esta sitio web y vine a observarla. Es de muy buen agrado. Congratulaciones"
"Hoy en dia hay muchas sitio webs con argumento infructuoso, pero despues de haber estudiado la tuya tengo que decir que es algo beneficioso. Que continues creando ese buen ahinco"

(Otra vez con el ahínco. Esta vez, Spam se olvidó del "con" y me hizo reír).

Y mi favorita:

"Mi pintor me sugirio acerca de esta sitio web y tengo que aseverar que tenia razon. Esta magnifica". 


Palabras bonitas las hay de mil formas, largos y colores, pero en este bosque donde tú y yo jugamos a comprender no vale sólo con hilvanar palabras bonitas: hace falta algo más ... o algo menos.

Italo Calvino, jardinero de las palabras y paisajista de La Parra (¡y yo sin darme cuenta hasta hace bien poco!) lo describe como "la poesía de lo invisible" en un texto que dice así:

"Tras cuarenta años de escribir ficción, tras haber explorado distintos caminos y hecho experimentos diversos, ha llegado el momento de buscar una definición general para mi trabajo; propongo ésta: mi labor ha consistido las más de las veces en sustraer peso; he tratado de quitar peso a las figuras humanas, a los cuerpos celestes, a las ciudades; he tratado, sobre todo, de quitar peso a la estructura del relato y al lenguaje". 

Sí. Italo Calvino -de profesión podador, no escritor- me enseñó que las palabras verdaderas son ligeras, vuelan alto y llegan lejos. Que hay una poesía, -la poesía de lo invisible- que todo el mundo comprende porque esta hecha de letras verdaderas, a veces invisibles, que llegan siempre acompañada de gestos, miradas y maneras.

... También los días en que las palabras se traban o se hacen un nudo raro en el estómago, y uno habla sin decir nada, y se olvida de las palabras bonitas que en realidad venía a contar, dejándose seducir por un instante, -... muy corto, ¿verdad?- por el bienquedado del Spam.


PD: En la imagen, la chica silvestre del probador de Zadig & Voltaire.

1 comentario:

  1. jaajaja interesante..... y bueno esto ha dado la vuelta al mundo y pense compartirlo aqui tambien..... http://www.youtube.com/watch?v=Y4MnpzG5Sqc&feature=youtu.be

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