martes, 13 de marzo de 2012

La estrella de Marc Chagall


Si naces en un pueblo pequeñito pero tus ojos buscan el cielo, siempre podrás hacer como Marc Chagall. Al artista más azul que conozco le gustaba subirse al tejado de su humilde casa en Vitebsk y contemplar el firmamento desde allí.

Sí, la Belleza es una ola que no cabe en cuatro tabiques.

Marc Chagall tenía una estrella. Al principio, sus pinceles la pintaban de color violeta,  hasta que el artista afinó y descubrió que su mundo era azul, profundo y divertido como el mar en verano, con el pelo a lo loco-loco-loco y el sabor de la sal en la boca.

En sus lienzos hay cabezas y cuerpos colocados del revés, historias con significado que descubres al candor de una audio-guía que te lleva a preguntarte cuál de los dos mundos está de verdad del revés.





-Papá quiero ser pintor. 

Ay madre...

Y su padre, un humilde obrero de una fábrica de arenques que a principios de 1900 tenía muchas bocas que alimentar y poca hambre de problemas, miraba a su hijo y se dejaba llevar.

- "Mamá... me gustaría ser pintor". 

Ay madre...

Y mamuscha, que jugaba con la palabras y "tejía con ellas dulzura tierna y acariciadora", miraba a su hijo y miraba sus sábanas pintadas de azul y no comprendía... pero sabía que su hijo algo tenía:

"Sí hijo mío, ya lo veo, tienes talento. Pero hijo mío, escúchame. ¿No harás mejor en convertirte en empleado?"  

(Es fascinante comprobar cómo algunas preocupaciones familiares no cambian con el paso de la Historia).

Hubo un tiempo en que Chagall fue como los demás: Imitar. Aprender. Imitar. Aprender. Hasta que el chico de mirada despierta se cansó y dijo en casa que ya estaba, que el lo que quería es ser pintor. Su tozudez le salvó -es increíble la fuerza que da saber lo que quieres- y en la escuela de pintura de un maestro llamado Pen ( ¿... de apellido Drive? juas, juas) Chagall descubrió que pintar le daba la vida.

Y se fue a San Petersburgo. Y vaya disgusto en casa. Y qué hambre. Chagall pintó sin parar. Y aprendió a ligar. Y descubrió la vida. Y sobre todo, buscó: buscó su estilo sin parar.

Un día, otro día y otro más.



Una tarde en San Petersburgo, Chagall estaba en casa de Thea, una chica con la que salía. Sentado en la habitación contigua, escuchó una voz desconocida y alegre que llegaba desde la otra parte de la casa. Parecía de otro mundo. Chagall  la escuchó y se puso nervioso. Cuando por fin salió a conocerla, la chica se despidió de su amiga, le miró de reojo y se fue:

"Su silencio es el mío. Sus ojos, los míos. Es como si me conociera desde hace tiempo, como si lo supiera todo desde mi infancia, de mi presente, de mi futuro; como si velara por mí, clavada en mi interior, aunque sea la primera vez que nos veamos.
Pensé que ella sería mi mujer". 

Y lo fue. Chagall y Bella estuvieron juntos hasta que ella murió, prematuramente.

Chagall no quiso ser cubista, ni tampoco impresionista. Él era un hombre en busca de belleza que anhelaba una "revolución del fondo, no sólo de la superficie". 


****


Chagall me gusta porque ve la vida de color azul.
Porque se subía al tejado cuando los tabiques de su casa no le dejaban ver las estrellas.
Porque fue un cabezón que no renunció hasta dar con su camino.

Me gusta que Chagall encontrara al amor de su vida y supiera al instante que era ella, y que la dibujara volando, tan parrer sin fronteras de un paseo para dos.

Chagall me gusta porque además de artista fue un poeta que se levantaba cada día en busca de algo bonito, y además se tomó la molestia de escribir sus memorias y dejarnos un montón de baldosas amarillas:

"El arte me parece sobre todo un estado del alma. Sólo es libre el corazón honesto que tiene su propia lógica y su razón". 

Las estrellas están en todas partes, pero el otro día visitando la retrospectiva de Chagall, yo encontré otro cachito de la mía. Si vas a ver la exposición en el Thyssen de Madrid, igual descubrimos que nuestras estrellas se parecen. ¡... Ya contarás!

Marc Chagall 
En el Thyssen 
Del 14 de Febrero al 20 de Mayo 

2 comentarios:

  1. Yo vi a Chagall en domingo , rodeada de recién llegados a Madrid , de familias con niños , de amigas maduras . Y aún así conseguí abstraerme y acabé sentada en un banco mirando un caballo , y ese azul y ese circo y esas bodas a su manera ! La vida es buscar , buscar sin parar Ay madre !
    Precioso!
    BBB
    Delia

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    1. Es que somos "recién llegados", ;)) Ay madre!

      Yo fui el sábado por la mañana y había tanta cola... La chica de la ventanilla me dijo: Pero estamos abiertos hasta las 10.30... Cuando fui, no había cola, ni casi gente. Me pareció super emocionante estar en un museo de noche, y volver a ver a Chagall.

      Somos mariposas guerrilleras, siempre en busca de bosques bonitos! ;DD

      Muchas gracias Delia,
      BDB

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