Es curioso lo mucho que a las personas mayores nos gustan las etiquetas. Y el auge de las profesiones en inglés que utilizan palabras compuestas: Business Developer, Sales Manager, Content Curator. Lo mismo pasa con los ámbitos, como por ejemplo, el Design Thinking, tan de moda en estos momentos. ¿Será por la sensación de control que genera ponerle etiquetas a todo?
Tim Brown, CEO de IDEO, formuló en su día una definición de Design Thinking, ese proceso que pone a la persona en el centro y considera la innovación el resultado de una actitud vital. Decía así:
"El Design Thinking es una disciplina que utiliza la sensibilidad de un diseñador y sus métodos para aunar necesidades de las personas con soluciones tecnológicas, susceptibles de convertirse en estrategias de negocio viable y nuevas oportunidades de mercado".
Pero Brown se dio cuenta que a veces, el mundo cambia más rápido que la percepción que tenemos de él. Y lanzó dos preguntas muy interesantes:
1. ¿Existe acaso una definición general sobre el Design Thinking?
2. Y en caso de que exista... ¿Es útil tener una?
Cuando analizas los procesos que utiliza el Design Thinking: descubrir, interpretar, idear, experimentar, evolucionar, te das cuenta que cualquier persona que decide vivir creativamente en realidad ya aplica esos parámetros... sin ser un Designer: Como Steve Jobs. O La Conseguidora.
LA HISTORIA DE LA CONSEGUIDORA. Y LO QUE IOL ME ENSEÑÓ SOBRE EL DESIGN THINKING.
Steve Jobs y La Conseguidora me enseñaron que hay un motor muy potente, capaz de generar innovación y mejorar nuestro entorno. Ése motor contiene una gran dosis de cariño, curiosidad, hambre de conocimiento, amor por la experimentación y el riesgo, y la capacidad de las personas para trabajar en red y conseguir sus objetivos.
La historia de La Conseguidora la conocí través del blog de + perspectiva, protagonista de su sección Hábitos que ayudan a tu creatividad. Dice así:
"La idea de ser conseguidora, nació de una tarde de aburrimiento... así, como lo oyes... Tenía un trabajo muy aburrido que no tenía mucho que ver conmigo y una tarde pensé que si era yo la persona que siempre se ofrecía voluntaria para organizar las cenas de Navidad, el amigo invisible o comprar los regalos de cumpleaños... ¿por qué no hacerlo de manera profesional?
Esa misma tarde plasmé mi idea en papel y se la conté a mis mejores amigos, para ver qué les parecía. ¡Todos me dijeron que adelante!
(...)
La Conseguidora tiene una base muy sencilla: tú contratas tiempo y haces con él lo que quieras. Yo pongo el tiempo, tú la necesidad.Puedes pedirme desde que lleve unos paquetes a un sitio determinado para que se entreguen en mano, hasta hacer de canguro, llamarme para hacer una suplencia por una baja maternal o llevar la producción de un festival de fotografía.
Entiendo que habrá quien no tenga claro cómo puedo vivir sin tener una rutina establecida, de hecho, yo a veces tambien me lo pregunto, pero al final, lo bueno que saco de todo esto, es que trabajo en algo que me gusta.
Que me levanto por las mañanas con mas ganas que antes, porque me gusta mi trabajo, porque mi trabajo ya no es aburrido.
Porque he decidido no trabajar más en algo que no me guste.Ahora soy yo la que elige y lo mejor de todo, es que esto hace que sea buena en mi trabajo.
(...)
Este trabajo me ha dado grandes momentos, me han llamado para acompañar a una niña al concierto de Justin Bieber o para cortar con una novia.
(...)
Un dia me prometí que no volvería a quedarme en algo simplemente porque era cómodo y así lo estoy haciendo... y así debería ser para todo el mundo."
La pasión es un motor que no conoce etiquetas y lleva a las personas a vivir curiosamente. A aprender. O desaprender. A profundizar en busca de nuevas realidades. A detener su mirada. A querer fabricar nuevos mundos.
¿Innovar es una cuestión vital? Si quieres conocer más de cerca a La Conseguidora, puedes hacerlo aquí.
LA HISTORIA DE LA CONSEGUIDORA. Y LO QUE IOL ME ENSEÑÓ SOBRE EL DESIGN THINKING.
Steve Jobs y La Conseguidora me enseñaron que hay un motor muy potente, capaz de generar innovación y mejorar nuestro entorno. Ése motor contiene una gran dosis de cariño, curiosidad, hambre de conocimiento, amor por la experimentación y el riesgo, y la capacidad de las personas para trabajar en red y conseguir sus objetivos.
La historia de La Conseguidora la conocí través del blog de + perspectiva, protagonista de su sección Hábitos que ayudan a tu creatividad. Dice así:
"La idea de ser conseguidora, nació de una tarde de aburrimiento... así, como lo oyes... Tenía un trabajo muy aburrido que no tenía mucho que ver conmigo y una tarde pensé que si era yo la persona que siempre se ofrecía voluntaria para organizar las cenas de Navidad, el amigo invisible o comprar los regalos de cumpleaños... ¿por qué no hacerlo de manera profesional?
Esa misma tarde plasmé mi idea en papel y se la conté a mis mejores amigos, para ver qué les parecía. ¡Todos me dijeron que adelante!
(...)
La Conseguidora tiene una base muy sencilla: tú contratas tiempo y haces con él lo que quieras. Yo pongo el tiempo, tú la necesidad.Puedes pedirme desde que lleve unos paquetes a un sitio determinado para que se entreguen en mano, hasta hacer de canguro, llamarme para hacer una suplencia por una baja maternal o llevar la producción de un festival de fotografía.
Entiendo que habrá quien no tenga claro cómo puedo vivir sin tener una rutina establecida, de hecho, yo a veces tambien me lo pregunto, pero al final, lo bueno que saco de todo esto, es que trabajo en algo que me gusta.
Que me levanto por las mañanas con mas ganas que antes, porque me gusta mi trabajo, porque mi trabajo ya no es aburrido.
Porque he decidido no trabajar más en algo que no me guste.Ahora soy yo la que elige y lo mejor de todo, es que esto hace que sea buena en mi trabajo.
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Este trabajo me ha dado grandes momentos, me han llamado para acompañar a una niña al concierto de Justin Bieber o para cortar con una novia.
(...)
Un dia me prometí que no volvería a quedarme en algo simplemente porque era cómodo y así lo estoy haciendo... y así debería ser para todo el mundo."
La pasión es un motor que no conoce etiquetas y lleva a las personas a vivir curiosamente. A aprender. O desaprender. A profundizar en busca de nuevas realidades. A detener su mirada. A querer fabricar nuevos mundos.
“Lo que permite a ciertos individuos hacer contribuciones memorables a la cultura es la resolución personal de moldear su vida para que se acomode a sus propias metas, en vez de permitir que sean las fuerzas exteriores las que rijan su destino. En realidad, se podría decir que el logro más obvio de estas personas es que crearon sus propias vidas”. Mihaly Csikszentmihalyi.
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