La gente cogía un papel, escribía su deseo y lo colgaba del árbol. Así de simple, así de emocionante, así de co-creado.
El "árbol de los deseos" lo encontré el sábado pasado en el recinto de la Volvo Ocean Race, en Alicante. Mensajes cariñosos se mezclaban con otros como éstos: "Yo de mayor quiero ser como Ronaldo". "Trabajo". "Quiero ser como Messi". (vaya con el fútbol). "Que me toque la lotería".
Es curioso: hace un año y medio, el "Apeadero de los sueños" ofrecía una intervención urbana parecida. Ubicada en la plaza de Gabriel Miró, los artistas Jonás Gómez Lara y Rosa María Mortes Giménez colocaron una réplica del apeadero de los sueños de Hokkaido, (Japón). Este video -tan caserito él- lo hice con algunas de las fotografías de entonces:
El mundo cambia rápido, pero nuestros deseos siguen pareciéndose mucho. Y en medio de tanto ruido, a veces lo único que necesitamos es una hoja en blanco -silenciosa y desnuda- donde poder escribir nuestros deseos y compartirlos con los demás.
La primera vez que vi uno así fue en un hotel en Granada : ) Una buena idea, una escultura siempre cambiante con un poquito de cada persona que pasamos por allí. Se ve que este tipo de ideas se va extendiendo!
ResponderEliminar¡Un saludo!
GRACIAS ! Green is in the air !
ResponderEliminarBBB
DELIA
Sin sueños no hay esperanza, sin esperanza no hay vida. Un sueño para mí es una certeza llena de incertidumbre. Hay algo profundo que me une a esa idea, a ese deseo, y ese deseo está entre la niebla. El árbol de la vida, de los sueños. Avanti.
ResponderEliminarHola Elena,
ResponderEliminar¡bienvenida a nothing is everything! Un placer tenerte aquí. ¡Nos leemos!
Delia B,
ResponderEliminarGreen is in the air, y a este paso nos vamos a volver todos locoslocoslocos ;)))
Beso grande
Botedeplumas,
ResponderEliminarTengo una certeza forma de incertumbre a punto de salir. Iremos avanti. Y serás de los primeros en disfrutarlo, I promise. ;)) Gracias siempre.