Comunicar es encontrar un territorio común, construir una terraza imaginaria donde sentarte al rico sol y poder conversar con el otro. O no hablar, pero entenderte. Sin territorio común no hay conversación, y sin conversación no hay alegría. -"Han perdido la sintonía", escuché decir a una pesona, -"Y ya no están en la misma onda".
Hablarle al vacío produce
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vértigo.
Ahora todos hablamos mucho. Intentamos muchas cosas, hacemos mucho ruído. Ruido, que a veces molesta. Y otras enamora, como la historia de Moses, escrita por Francisco Guijarro, dirigida por Martín Rosete y producido por José Mateo. El corto ganó el premio del público del Notodofilmfest 2011, y sirvió para hacer realidad tres deseos que Moses tenía desde joven: tocar el Mar Mediterráneo, ver el Guernica de Picasso y comer una paella.
Moses me enseñó que intentarlo está bien. Pero que a veces, es mejor detenerse e invertir el tiempo en descubrir el territorio común, que intentarlo sin más hasta caer agotado. «Supongo que mi sueño ahora es que los demás cumplan los suyos. Mírame… Si esto acaba de pasar, todo es posible, ¿no?». Qué grande Moses.
Algunos sueños están cerca, a veces tan cerca que no los vemos y se confunden con la realidad más próxima.
ResponderEliminarOtros sueños están lejos, pero los vemos y sabemos como dirigirnos a ellos.
Que la suerte te acompañe a la hora de diferenciarlos.
BUENIIIIÍSIMO.. no hay que caer en la costumbre, en la comodidad, hay que ver más allá. Esto me enseña justamente eso, que ver más allá no significa irse lejos, significa aprovechar las oportunidades que se nos dan, que nos rodea y lo mejor.. "el coraje de encarar con una sonrisa". La actitud es lo que nos mueve. QUE GRANDE MOSES, GRAN EJEMPLO.
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Kreiziboi, ¡bienvenido a coolnalism! The Mapach Crew me habló de ti ;)) Nos seguimos.
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