¿Qué tienen en común la creatividad y las vacaciones?

 “Si un policía me dice “papeles”, y contesto “tijeras”… ¿Yo gano?” Visto en Facebook. 

Sucedió hace un par de semanas, mientras buceaba. De pronto me pareció que la creatividad y las vacaciones tenían algo en común. Seguí nadando, y a golpe de aleta intenté tirar de ese nuevo hilo que me estaba regalando el mar.



¿QÚE TIENEN EN COMÚN LA CREATIVIDAD Y LAS VACACIONES? 

Las creatividad es un viaje que nos lleva a cruzar fronteras y vivir aventuras, explorar e ir en busca de nuevas ideas y conceptos: “We shall not cease from exploration/ and at the end of all our exploring/ will be to arrive where we started/ and know the place / for the first time”, escribió T.S. Elliot. Pero, ¿qué podrían tener las vacaciones y la creatividad en común?

1. LA CREATIVIDAD ES EMOCIONANTE, LAS VACACIONES TAMBIÉN. Al principio de todo proceso creativo hay que calentar motores y meterse en harina: una tarea que requiere un cierto esfuerzo. Pero luego, cuando la idea o el concepto empiezan a fluir, el tiempo corre y uno lo pasa tan bien … como en vacaciones; con la emoción de los preparativos, los planes –¡o su absoluta ausencia!-, los pequeños y grandes prohibidos, los lugares nuevos, ésos que de pronto pasan de virtuales a reales, y regalan matices que la Red no puede ofrecer… Las vacaciones son emocionantes.

2. LAS VACACIONES SUELEN CONTENER UNA DOSIS DE AVENTURA, LA CREATIVIDAD TAMBIÉN. Comparada tantas veces con un viaje, la creatividad es búsqueda, actividad y reposo; trabajo y distancia, prueba, fracaso y hallazgo, placer e intensidad: la historia está llena de músicos, fotógrafos, artistas, poetas, bailarines y profesionales de muchos ámbitos que han dedicado horas y horas a su pasión, movidos por un motor que va más allá de la compensación económica. Estos días, los muros de Facebook se llenan de fotografías de pequeñas y grandes aventuras de personas que se han ido “de exploración” por el mundo, ajeno… y propio.


3. LAS VACACIONES SON PARA DESCONECTAR, LA CREATIVIDAD TAMBIÉN NECESITA SUS MOMENTOS OFF.  Hoy en día, la desconexión no surge sola, ni resulta muy obvia. Gracias a las nuevas tecnologías, ahora podemos trabajar desde cualquier parte: “Vivir ocupados es interesante; vivir estresados es agobiante”, escribía John Freeman en su manifiesto por la “Slow Communication”. Y es que en nuestros días, es más complicado definir dónde empieza y termina nuestro espacio de trabajo. La conectividad es una nueva realidad, que debemos aprender a gestionar.

Como con la creatividad, hay que optar por los momentos off, decidir soltar la cuerda y alimentar el descanso, hacer “otras cosas”.  O no hacer nada, “lentificar”. No hacer nada puede llegar a ser muy emocionante. Y productivo. Requiere sintonía con el espacio y el tiempo, y este verano he descubierto que desconectando, puedes llegar a estar mucho más cerca de tus proyectos y tener ideas, conexiones inesperadas.

4. LA CREATIVIDAD CUENTA CON EL ERROR, EL VERANO TAMBIÉN. A las personas creativas les gusta jugar a hacer, deshacer y rehacer la manera en que observamos la realidad. De su mano podemos viajar, imaginar, probar y soñar. Equivocarnos y volver a empezar. Trabajar en creatividad me ha enseñado a ser más flexible y a aprender aprendiendo. A disfrutar con el proceso, en lugar de buscar siempre el resultado. A compartir, en lugar de competir. A tirar hacia atrás de la madeja, intentando encontrar el nudo, para poder deshacerlo, aunque no siempre con éxito, como en las vacaciones.

El avión puede tener retraso. El día de playa puede salir gris, el restaurante puede estar lleno, o haber medusas en el mar. “Es la búsqueda lo que cuenta, no el hallazgo”, afirma Csikszentmihaly (apellido creativo donde los haya).

¿Te atrae lo desconocido? A Rick Mereki lo conocí en el blog de Coolmarbelous. Me encantó su serie: Move, Eat, Learn. Con él y uno de sus videos te dejo: felices vacaciones, allí donde estés ♥ 

*Fotografía: Denia, en una casa especial.