Miramos a los demás y al hacerlo, descubrimos en su reflejo estrellas fugaces de nuestro cielo interior, okupas emprendedores, que vivían en casa sin estar dados de alta.
Escuchamos reflexiones, pensamientos, comentarios e historias, y al hacer "clic" con al menos una de ellas, de pronto sentimos despertar en nosotros un don agazapado, un talento remolón, o una simple idea ponedora. Y entonces algo se libera ahí dentro, y volvemos a sentirnos cómodos entre nuestras cuatro paredes pintadas de ilusión.
¿Será por el colocón de la serendipia? No lo sé, pero es muy bonito darle, al menos una vez y aunque sea sólo por un instante, la oportunidad de poder explotar: "Yo no tenía ni idea de las cosas tan buenas que nos pueden servir de inspiración junto con nuestra imaginación y creatividad", me contaron ayer por e-mail. Yo tampoco Tony, pero tengo la sensación de que todos somos estrellas y estrellados al mismo tiempo. Y que si seguimos así, dentro de poco habrá una nueva constelación en el firmamento ♥
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