lunes, 14 de febrero de 2011

Qatar, algo más que sólo rascacielos.


Sabía que Qatar estaba creciendo a lo alto, pero desconocía que también estaba creciendo a lo listo. Y mucho. Esta pequeña península está ubicada en el ombligo de Oriente Medio, y tiene por vecinos a una Dubai muy malita de crisis, a una Arabia Saudí temblando de incertidumbre tras la caída de Mubarak y a un Abu Dabi que alberga la utopía de un desierto sostenible que lleva por nombre Masdar, y por apellido el de Norman Foster & Partners. El Golfo Pérsico salpica la orilla de este país cuyo zoco huele a especias, y un desierto todavía frío por estas fechas calienta la mirada del que como yo, lo pisa por primera vez.

QATAR, HISTORIA DE UNA PEQUEÑA AVENTURA, Y DE LAS IMPRESIONES QUE RECOGÍ ALLÍ. 

El Desierto en Invierno


Al sur de la península, casi en la frontera con Arabia Saudí, hay un lugar donde el mar mece a las dunas del desierto. Allí, en Khor Al Udeid, todo es quietud, sólo hay arena. Arena, que baila al son de los aires; arena color amarillo sol, que se vuelve tostada conforme avanza la noche. En estos meses, mientras las temperaturas son bajas y el desierto todavía no hace honor a su nombre, los cataríes aprovechan y acampan allí con sus familias. Recorrer sus dunas, ver "caer la bolita" al atardecer y dormir en uno de sus camps fue una experiencia sencillamente increíble.



Los contrastes



Doha es la capital de Qatar, y su bahía, la carta de presentación de un universo plagado de altísimos rascacielos. Centros comerciales, tiendas multimarca y grandes firmas de lujo lo llenan. Al caer la noche, el skyline ilumina toda la ciudad. Mientras, al otro lado, frente a la bahía, los zocos y el eco de los rezos que llegan desde la mezquita te recuerdan que estás ahí, en Oriente Medio. Esos dos mundos, -el de la modernidad y el de la tradición-, conviven tan cerca como Bob Esponja y la mujer que se dispone a sacar dinero del cajero.




El uso de las nuevas tecnologías

Todos los jóvenes que vi llevaban blackberry. Al llegar al aeropuerto, mientras esperábamos para sellar nuestros pasaportes, de pronto nos dimos cuenta que la chica que nos atendía estaba escuchando música con un Ipod encendido bajo el Chador.

En el zoco Suoq Waqif tuve una experiencia similar que me llamó la atención. Un grupo de unas 8 chicas jóvenes apareció frente a mí. Iban también todas cubiertas, -excepto el rostro-, riendo mucho. Saqué la cámara para hacer una foto del simpático grupo, y al verme, comenzaron a posar.

Alborotaban igual que lo hacen las adolescentes de aquí. Al acabar, se acercaron a mí. "Where are you from?" "Spain". "Mmm, Spain... Barcelona!". "And you?" "We are from Bajjjjjrein!". Luego me pidieron ver la foto. Se la enseñé, y una de ellas, -la de las manos de henna- sacó su blackberry, hizo una foto de la foto para subirla a su facebook, y luego me dijo: "Don't facebook it!". Ok, pero ¿podría fotografíarte las manos?



La apuesta por el deporte 


La Asian Cup acababa de celebrarse. Una regata internacional está en agenda. El pasado jueves, una competición ciclista cortó el tráfico de la avenida principal. Un torneo de golf. Una Sports Academy. El Ladies Open -21/26 Febrero 2011- inundaba la ciudad con carteles de Sharapova y sus secuaces. Cuentan que la confirmación de Qatar como sede de la World Cup en 2022 fue un grandísimo hit en la ciudad. Este país quiere convertirse en sede del deporte, y se nota.




El Campus Universitario 



Qatar Today era el nombre de la revista. El número 1, publicado en inglés, anunciaba en su portada estos titulares: "The pull of green tourism". "Top list for 2011: projects, infrastructure, hotels, airlines, cars, watches, destinations, entertainments, lifestyle..." Me picó la curiosidad, por eso la compré. De pronto, en su página 56, vi una reseña que decía así: "Be a fashion designer or a educated fashionista". Contaba que la sede de la Virginia Commomwealth University, en el campus de la Universidad, ofertaba cursos para los estudiantes interesados en diseño, moda, etc. Decidí investigar.

Descubrir la Education City fue una de las ideas inesperadas que más alegraron mi viaje. Eso, y el Museo de Arte Moderno, el Mathaf. Me contaron que el Campus es, junto a la Qatar Foundation, obra y deseo de la Jequesa, una mujer formada en Estados Unidos y con una fuerza increíble. Sé por mi amiga Anita que van en busca de profesionales cualificados, capaces de formar a sus jóvenes para el futuro próspero que quieren para su país. "Claro, tienen mucho dinero", podría pensar uno. "Sí, pero se lo podían haber gastado sólo en rascacielos", pensé yo. Very clever, sí señor. Algo me dice que volveré. 



1 comentario:

  1. Si la mayoria de los paises musulmanes fuesen asì serian un mundo mejor, lastima que qatar sea un paìs tan pequeñito, pero de a pokito se empieza.

    No al fundamentalismo!

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