lunes, 28 de septiembre de 2009

Maletas de ida y vuelta


Hoy, esperando un vuelo en la T4, de repente me acordé que dentro de un par de semanas esta historia cumplirá un año... 

Maletas de ida y vuelta- La increíble historia de una maleta, dos vuelos y una adolescente "in love".


Milán, Octubre 2008. En la cola de Ryanair, esperando al avión con destino a Alicante.
La maleta era roja, de lona gruesa y con refuerzos en plástico negro. Sobre el tejido color pasión, un enorme grafitti en azul cielo gritaba "Ti amo", y una frase en boli blanco terminaba de confirmar el romántico idilio: "Angelo mio ti amaro x sempre".  Conseguir la foto no fue fácil, pero no podía resistirme al poder de la customización que tenía frente a mí. Además, estando en Italia, me parecía  que la historia tenía desgarradores tintes a lo "Romeo y Julieta", y con el retraso que llevaba el vuelo, pensamientos y pormenores en torno al inicio, nudo y/o ¿desenlace? sirvieron para aligerar el tiempo de espera. 

La chica frente a mí rondaba los 16. Le acompañaba una mujer de voz delicada y suave, que parecía su madre. Cuando llamaron a embarque, su maleta y su amor se perdieron por entre la cola, y ya sólo me quedó el maravilloso testimonio de otro consumidor costumizando y re-creando un producto a su antojo.

Alicante, Abril 2009. De pie en el avión, esperando para descender del vuelo Ryanair con destino a Milán.
Purificación tenía los ojos verdes y su voz era suave como la mermelada. Era española, pero el paso del tiempo había teñido sus palabras de un fuerte acento italiano. La conversación comenzó a mitad trayecto, cuando Purificación me vio recortar noticias del periódico:

-"¿Le importaría que me quedara con el periódico cuando termine? Olvidé comprar la prensa, y me irían bien algunos artículos para pasárselos a mis alumnos de español que preparan la selectividad".

"Si se lo doy cuando termine de descuartizarlo, no va a quedar mucho donde aprender", pensé yo. Y sin más problemas, decidí quedarme con el par de artículos recortados y donar el resto a la enseñanza. 

Le siguió una conversación muy interesante sobre su vida en Italia, la crisis en España, el amor que hace años Purificación encontró en el país de la mozarella, y su hija, una joven adolescente con unas dotes creativas importantes. El viaje fue muy interesante; tanto que, cuando aterrizamos en Milán, la mujer española de suave acento italiano me dió su email, invitándome a pasar por su casa si alguna vez volvía a Italia.

Le di las gracias, le advertí bromeando que era capaz de aparecer en su casa de verdad, y me despedí deseándole lo mejor. Entonces, al abrir el compartimento superior para sacar mi bolsa,  me encontré con una maleta a mi lado. Era roja, de lona gruesa y con refuerzos en plástico negro. Era... la maleta. La del TI AMO. La del Angelo Mio. Y ella, su madre. Y la otra, su hija, la de la vena creativa.

Cuando le conté la historia, Purificación me confesó que le daba mucha vergüenza recorrer Europa con una maleta así. Yo sin poder parar de reir, le prometí que le enviaría la foto para que le contara a su hija que su maleta había sido objetivo pocos meses antes de una cámara indiscreta...

¿El hombre es el único ser que tropieza dos veces con la misma maleta? ;)

2 comentarios:

  1. Podemos preguntarnos también ¿cuántos objetos que vemos más de dos veces (3,4...100.000) son capaces de "tropezarse" (entendido como interpelarnos) con la misma persona? Hay muchas cosas pululando a nuestro alrededor, pero sólo algunas tienen la fuerza de esa maleta.

    Por cierto, me ha encantado el toque Romeo & Julieta.

    MS

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  2. Gracias por el comment, M.,...estoy de acuerdo contigo. Quizás deberíamos pararnos más a menudo a mirar más despacio a nuestro alrededor. ¡Seguro que nos llevaríamos más sorpresas como ésta!

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