lunes, 30 de abril de 2012

Alba Romero, la chica que vivió un mes vistiendo 6 prendas


Sí, este año lo volvimos hacer. Yo me salté el experimento un día pero Alba (izquierda en la foto) lo hizo de principio a fin. Es que esta chica es muy persistente. Repetir con "Six items or less" fue una buena experiencia. En este caso, segundas partes son mejores, porque ya conoces la experiencia de la primera. A saber: No lo pilles todo negro, que acabarás el mes viéndolo muy "black".

HISTORIA DE ALBA, LA CHICA QUE VIVIÓ UN MES VISTIENDO SEIS PRENDAS 

"Supongo que el éxito o fracaso de este experimento está en gran medida en lo adecuadas que sean las prendas que eliges. Personalmente traté de tener un poco de todo en mi selección. Lo primero que añadí a la lista fueron mis dos vaqueros todo-terreno. Ambos de Levi's. Apenas ceden, lo que es una gozada si tienes que llevarlos varias veces antes de lavarlos. Necesitaba dos partes de arriba.

El jersey lo supe claro desde el principio. Ya con el experimento empezado, cambié el jersey en el último momento por una camisa vaquera. (...) No podía aborrecer la blusa que había comprado en Londres durante un verano muy especial. El mono lo añadí porque tenía estampado". 

LA EXPERIENCIA 

"Lo que puede parecer un límite, fue una liberación. Nunca preparo la ropa la noche antes. Había reservado un espacio en el armario para las prendas de Six Items -para evitar tentaciones- pero disfruté la sensación de levantarme por la mañana mirando mi pequeño montoncito de ropa, sabiendo que tenía que vestirme solamente con una combinación de ahí. (...) Durante el tiempo que lo he estado haciendo tardaba diez minutos menos en estar lista y podía invertir algo más de sueño.

Hasta mi novio estaba encantado. Los fines de semana me gusta verme guapa. Es un ritual. (...) Me maquillo y elijo la ropa mucho más cuidadosamente. El problema es que a menudo termino con la típica crisis de chica de "nada me sienta bien" y vuelvo al armario otra vez. Pero durante estos días no he tenido ninguno de estos lapsus. Hacía varias combinaciones durante la semana y repetía mis favoritas durante los fines de semana.

Hasta los blogs y revistas de tendencias perdieron interés. No veía el punto de pasearse por las tiendas sabiendo que no iba a poder ponerme nada. (...) Lo más sorprendente es que la gente apenas se dio cuenta de que por tres semanas sólo estaba llevando seis prendas. La tercera me sentía incómoda con la idea que podían darse cuenta de que no paraba de repetir. En clase bromeamos con la idea de hacernos una chapa en plan "No soy un guarrillo, estoy haciendo un experimento", pero no hizo falta.

Esa semana terminé por constatar que la gente está tan preocupada por lo que llevan ellos que no se dan ni cuenta de lo que llevas tú. (...) Aparte de mis amigas -a las que se lo había contado- nadie se había dado cuenta de que había estado repitiendo más de dos semanas las mismas prendas. Mi obsesión terminó siendo infundada y un tanto egocéntrica".


VUELTA A LA NORMALIDAD 

"Lo más difícil fue la vuelta a la normalidad. El primer día que podía elegir a lo largo y ancho de mi armario acabé con la mitad fuera y la conclusión de que no tenía nada que me sentase bien. Fue como los primeros meses de instituto sin uniforme. Le das más importancia que nunca a decir quién eres a través de la ropa y se acentúan todas esas costumbres humanas relacionadas con la indumentaria: como la de vestirse según el estado de ánimo, el día o el deseo de pertencia. Me ha costado unos días volver a un equilibrio".

¡Gracias Alba por compartirlo con nothing is everything!


 
Mira, este video publicado en el New York Times te gustará.

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