La primera impresión

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Dicen que cuando nos presentan a una persona, tardamos diez segundos en obtener una primera impresión. ¿Tú crees en ellas? La vida moderna es un montón de información que pasa a mucha velocidad, mirada que sucumbe a la visibilidad, y va en busca de un detalle que llame la atención. Si regentas una verdulería, y a la vuelta de la esquina luchas contra la mole de precios de una gran superficie, ¿por qué debería comprar tus lechugas? "-Porque yo soy un fresco", te contestaría una lechuga como ésta. (En personas no estoy segura de que la táctica funcione igual, por favor, sírvase de comprobar).

Quizás una de las claves de la buena impresión sea la medida. No vale ser ni-ni: ni rácano como una dieta, ni avasallador como la tripulación del ryan, que por vender, a bordo vende hasta lotería. Dicen que es para ayudar "a los pobres de Europa" y yo siempre que lo escucho pienso: "No te pases ryan, que Europa es muy grande..." Mira, si Mark Zuckeberg, - el de Facebook-, te enviara una carta por correo postal -nada de mensajes ni de chats-, esto es lo que recibirías:

¿..Qué impresión te causaría? En cuestión de impresiónes, el peligro de parecer lo que no somos cuenta con una interminable retahíla de típicos tópicos. ¿Será por eso que el relooking se ha puesto de moda? Esta práctica busca insuflar en la gente que va en busca de trabajo una alta dosis de confianza, seguridad y buenas vibraciones. Vamos, nuestro mejor yo, en versión optimizada:

A mí diez segundos se me hacen muy escasos. Y ya me he equivocado más de una vez: "¿Te acuerdas la primera vez que nos vimos?" Las personas no siempre son lo que parecen. Pero muchas otras veces sí: a mí me gusta pensar que sí.


Y tú, ¿crees en las primeras impresiones?